Alberto Durero 1507
Amor mio, siempre seremos dos
en nuestro andar por la vida en paralelo.
Tu roce seguirá persistíendo junto a mí
en el camino peregrino de sesiones,
y aunque anhelemos el agua con intensidad
y sea bálsamo en caricia repetida y húmeda,
es ella también la que nos hará perder
el color y las huellas en lo viscoso del barro.